La compleja participación chilena en la Feria de La Habana
MAUREEN LENNON/CONSTANZA ROJAS
El honor de ser el invitado estrella a la XVIII Feria del Libro de La Habana le ha traído a Chile más complicaciones que beneficios.Este encuentro, que se realizará del 12 al 22 de febrero bajo el lema "Leer es crecer", será inaugurado por la Presidenta Michelle Bachelet, quien ha recibido críticas por este viaje a la isla, el primero de un Mandatario chileno en 37 años.La feria coincide con el medio siglo de la creación del centro cultural y editorial Casa de las Américas. Sin embargo, también se da en un contexto ripioso al celebrarse los 50 años del triunfo de la Revolución Cubana, sistema con el que se han enfrentado grandes personajes de las letras chilenas y latinoamericanas.A esto se suma la situación económica de la isla, que impone condiciones a las que no pueden adaptarse todas las editoriales nacionales.La Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería (Dirac), junto a ProChile, la Cámara Chilena del Libro y Editores de Chile, ha estado a cargo de la organización y representación oficial. Se enviaron invitaciones a las editoriales, ONGs y universidades, coordinando así a la delegación de escritores que participará.La lista todavía no es definitiva, pero han transcendido nombres como los de Pedro Lemebel, óscar Hahn, Carmen Berenguer, Marcelo Lillo y José Miguel Varas. Sin embargo, quedan fuera autores que han tenido una relación de tropiezos con el régimen cubano. Jorge Edwards con "Persona non grata" se ganó su recelo por criticar el sistema político, y algo similar ocurrió con Roberto Ampuero y "Nuestros años verde olivo". El primero no asistirá ni en persona ni en obra, el segundo al menos tendrá su libro en los estantes habaneros. De Nicanor Parra, quien tampoco es persona grata para la oficialidad cubana, estarán presentes sus obras, pero su nombre no ha pasado inadvertido: "Me llegaron algunos comentarios sobre la inconveniencia de llevarlo, pero como editorial no quisimos hacer diferencia con respecto a lo que hacemos en el resto de América", plantea óscar Bravo, gerente general de Fondo de Cultura Económica.En Random House Mondadori cuentan que no llevarán material conflictivo. "Pero si hubiese tenido no lo habría presentado. Uno no va de invitado a una casa a pelear", explica su director, Pablo Dittborn.A Bartolo Ortiz, gerente general de Planeta, no le asusta asumir riesgos: "Llevo unos pocos ejemplares de 'Nuestros años verde olivo', de Roberto Ampuero, y espero que no sean censurados por las autoridades chilenas que, a veces, son más papistas que el Papa", y agrega molesto: "No me parece suficiente la representación de los autores chilenos que llegarán a Cuba. Echo de menos a nuestros best sellers, como Marcela Serrano y Pablo Simonetti. De seguro que Lom o Cuarto Propio irán con una delegación mucho mayor, porque sus autores son proclives al sistema".Efectivamente, ambas editoriales fueron invitadas por la organización cubana a presentarse en un stand individual, fuera del pabellón oficial chileno. "En este caso es relevante el vínculo afectivo con Cuarto Propio, pero también hay algo de la línea editorial, porque tenemos una postura crítica que coincide con la Cuba de hoy, no tenemos problemas con cuestionar los excesos del neoliberalismo", explica Christian Wenzel, relacionador público de esa editorial.¿A pérdida?Los sellos chilenos que planean asistir a la Feria de La Habana recibieron por parte de la organización cubana y en voz de ProChile la sugerencia de vender sus libros a un precio entre 2 y 6 dólares. Esto equivale a un promedio de $2 mil: "Es absolutamente a pérdida, no pagas ni los derechos de autor, es una especie de patriada. De hecho, nosotros pediremos a los escritores que renuncien a los derechos de los ejemplares que llevemos porque no pueden costearse. Ahora, si no quieren se respetarán", anuncia Dittborn.Andrea Viu, editora de Alfaguara, agrega que acatarán los precios que sugiere ProChile, "pero nuestra presencia será muy pequeña. Como Santillana no tiene filial en Cuba, la participación de nuestro sello se complica bastante".Ediciones B y Norma decidieron marginarse de este evento literario. "Los precios sugeridos no se ajustan a la realidad del libro promedio chileno", dice María Elena Ansieta, de Ediciones B.Sergio Gómez, editor de Norma, es más crítico: "No me invitaron, y de haber ido habría enviado libros de Roberto Ampuero, un autor que no es querido en Cuba. Hay una politización horrorosa".Lom, en cambio, se encuentra en la otra orilla: "Como la venta es directa, aun con estos valores se puede llevar un catálogo amplio. De hecho, nosotros esperamos vender el 70% del material", comenta Pablo Slachevsky, de la editorial.Para Emilio Lamarca, director de la Dirac, "los bajos precios son una sugerencia, porque la idea es que la mayor cantidad de cubanos lean literatura chilena. Un negocio a corto plazo no es, pero sí hay que mirarlo con una perspectiva más amplia".Las sugerencias de ProChileEn su página web, ProChile explica que la participación incluye:100 kilos de flete por cada editorial que asiste, lo que equivale a un promedio de 500 ejemplaresAtención del stand por personal especializado.Comercialización de los libros.Entre 3 y 6 dólares debe oscilar el valor de los libros.Un porcentaje de la muestra pueden ser libros de oferta más baratos de 3 dólares "para que resulte un gran atractivo".No obstante, se pueden llevar ejemplares de mayor precio.
Fuego cruzado entre los escritores
JORGE EDWARDS"¡Cómo voy a ir a una feria del libro de un país que legitima la censura! Hace como seis meses, las autoridades chilenas me invitaron a participar, pero como no contesté, de seguro desistieron. En mi país fui presidente del Comité de la Libertad de Expresión; así que tengo que ser consecuente. No puedo legitimar un sistema que ha censurado mis libros, aunque Cuba lo desmienta. La Dirac está en una dirección totalmente equivocada, porque no puede sugerir a las editoriales que vendan los libros al costo, sólo porque los cubanos no pueden pagar. Esta feria es un despropósito. ¿Por qué los escritores chilenos tienen que regalar sus libros? Si regalo algo, es de manera deliberada. Feliz asistiría si me aseguraran firmar ejemplares de 'Persona non grata'; pero eso es una utopía".DIAMELA ELTIT"Voy a La Habana en el marco de la presentación de mi libro 'Lumpérica', que por primera vez se publica en ese país. En Cuba, la política editorial es bastante espectacular y masiva. Como también ocurre en México, los libros son muy baratos. No tienen IVA, como sí sucede en Chile. Si vamos a llegar a un país con problemas adquisitivos, tienes que hacer un esfuerzo. A mí no me importa que mis libros se vendan a menos de tres dólares, e incluso a uno".ROBERTO AMPUERO"Tengo una relación de mucho respeto con la Presidenta Bachelet, pero me parece complicado para ella llegar a inaugurar una Feria en un país en el que hay al menos tres libros de chilenos que han sido prohibidos: 'Confieso que he vivido', de Pablo Neruda, 'Persona non grata', de Jorge Edwards, y 'Nuestros años verde olivo', de quien habla. Yo entiendo que ella no tiene por qué reunirse con opositores al régimen de ese país, pero si inaugura una feria donde hay autores prohibidos, legitima esa prohibición. No existe un bando en tal sentido, pero estos libros sólo circulan clandestinamente. ¿Habría ido yo de haber sido invitado? Es algo demasiado hipotético. Pero no, no habría ido. Se supone que las ferias son una gran fiesta del libro, donde están todos. Y hay libros de escritores cubanos y latinoamericanos que no pueden circular. Me parece que moralmente es difícil de explicar, y políticamente, un error".JOSé MIGUEL VARAS"Esta es la primera vez que voy a la Feria del Libro de La Habana, estaré ahí desde el día 13 de febrero. Tengo antecedentes de que es una de las más grandes de América Latina. Y me ilusiona encontrarme con el mundo cubano. No sé la lista completa de autores que participarán. ¿Por qué tanta incógnita? La información de la Dirac ha sido bien escasa. Y con respecto a la ausencia de Edwards y Ampuero, no me corresponde pronunciarme. Además, creo que ellos no están interesados en ir".
Un encuentro literario con historia
La Feria Internacional del Libro de La Habana tiene su más lejano antecedente en la primera celebrada en Cuba con respaldo estatal, en mayo de 1937. El evento se realizó en los terrenos que había ocupado la Cárcel de La Habana. Tras una serie de vicisitudes y crisis económicas, el principal evento literario cubano resurgió con fuerza en 1982, dedicado a José Martí, Jorge Dimitrov y Nicolás Guillén, y tuvo como sede el Palacio de Bellas Artes de La Habana.En 2000, por primera vez se realizó en la Fortaleza San Carlos de La Cabaña (la sede que mantiene hasta hoy) y poco a poco fue incorporando a más ciudades de la isla. En 2006, Venezuela fue el país invitado de honor, en 2007 fue el turno de Argentina y en 2008 le correspondió a Galicia.La edición 2009 tendrá como hitos fundamentales los reconocimientos a la poeta cubana Fina García Marruz, Premio Iberoamericano Pablo Neruda, y a Jorge Ibarra, Premio Nacional de Ciencias Sociales. Junto con ello, se celebrarán los aniversarios 50 de la fundación de Casa de las Américas y de la Revolución Cubana, y se destacará a Chile como invitado estrella.El centro cultural y editorial Casa de las Américas publicará, para esta ocasión, la antología "Grandes cuentos chilenos del siglo XX", realizada por el crítico Camilo Marks, así como obras de Pablo de Rokha, Violeta Parra, Gabriela Mistral, óscar Hahn, Enrique Lihn y Diamela Eltit, entre otros autores nacionales.
MAUREEN LENNON/CONSTANZA ROJAS
El honor de ser el invitado estrella a la XVIII Feria del Libro de La Habana le ha traído a Chile más complicaciones que beneficios.Este encuentro, que se realizará del 12 al 22 de febrero bajo el lema "Leer es crecer", será inaugurado por la Presidenta Michelle Bachelet, quien ha recibido críticas por este viaje a la isla, el primero de un Mandatario chileno en 37 años.La feria coincide con el medio siglo de la creación del centro cultural y editorial Casa de las Américas. Sin embargo, también se da en un contexto ripioso al celebrarse los 50 años del triunfo de la Revolución Cubana, sistema con el que se han enfrentado grandes personajes de las letras chilenas y latinoamericanas.A esto se suma la situación económica de la isla, que impone condiciones a las que no pueden adaptarse todas las editoriales nacionales.La Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería (Dirac), junto a ProChile, la Cámara Chilena del Libro y Editores de Chile, ha estado a cargo de la organización y representación oficial. Se enviaron invitaciones a las editoriales, ONGs y universidades, coordinando así a la delegación de escritores que participará.La lista todavía no es definitiva, pero han transcendido nombres como los de Pedro Lemebel, óscar Hahn, Carmen Berenguer, Marcelo Lillo y José Miguel Varas. Sin embargo, quedan fuera autores que han tenido una relación de tropiezos con el régimen cubano. Jorge Edwards con "Persona non grata" se ganó su recelo por criticar el sistema político, y algo similar ocurrió con Roberto Ampuero y "Nuestros años verde olivo". El primero no asistirá ni en persona ni en obra, el segundo al menos tendrá su libro en los estantes habaneros. De Nicanor Parra, quien tampoco es persona grata para la oficialidad cubana, estarán presentes sus obras, pero su nombre no ha pasado inadvertido: "Me llegaron algunos comentarios sobre la inconveniencia de llevarlo, pero como editorial no quisimos hacer diferencia con respecto a lo que hacemos en el resto de América", plantea óscar Bravo, gerente general de Fondo de Cultura Económica.En Random House Mondadori cuentan que no llevarán material conflictivo. "Pero si hubiese tenido no lo habría presentado. Uno no va de invitado a una casa a pelear", explica su director, Pablo Dittborn.A Bartolo Ortiz, gerente general de Planeta, no le asusta asumir riesgos: "Llevo unos pocos ejemplares de 'Nuestros años verde olivo', de Roberto Ampuero, y espero que no sean censurados por las autoridades chilenas que, a veces, son más papistas que el Papa", y agrega molesto: "No me parece suficiente la representación de los autores chilenos que llegarán a Cuba. Echo de menos a nuestros best sellers, como Marcela Serrano y Pablo Simonetti. De seguro que Lom o Cuarto Propio irán con una delegación mucho mayor, porque sus autores son proclives al sistema".Efectivamente, ambas editoriales fueron invitadas por la organización cubana a presentarse en un stand individual, fuera del pabellón oficial chileno. "En este caso es relevante el vínculo afectivo con Cuarto Propio, pero también hay algo de la línea editorial, porque tenemos una postura crítica que coincide con la Cuba de hoy, no tenemos problemas con cuestionar los excesos del neoliberalismo", explica Christian Wenzel, relacionador público de esa editorial.¿A pérdida?Los sellos chilenos que planean asistir a la Feria de La Habana recibieron por parte de la organización cubana y en voz de ProChile la sugerencia de vender sus libros a un precio entre 2 y 6 dólares. Esto equivale a un promedio de $2 mil: "Es absolutamente a pérdida, no pagas ni los derechos de autor, es una especie de patriada. De hecho, nosotros pediremos a los escritores que renuncien a los derechos de los ejemplares que llevemos porque no pueden costearse. Ahora, si no quieren se respetarán", anuncia Dittborn.Andrea Viu, editora de Alfaguara, agrega que acatarán los precios que sugiere ProChile, "pero nuestra presencia será muy pequeña. Como Santillana no tiene filial en Cuba, la participación de nuestro sello se complica bastante".Ediciones B y Norma decidieron marginarse de este evento literario. "Los precios sugeridos no se ajustan a la realidad del libro promedio chileno", dice María Elena Ansieta, de Ediciones B.Sergio Gómez, editor de Norma, es más crítico: "No me invitaron, y de haber ido habría enviado libros de Roberto Ampuero, un autor que no es querido en Cuba. Hay una politización horrorosa".Lom, en cambio, se encuentra en la otra orilla: "Como la venta es directa, aun con estos valores se puede llevar un catálogo amplio. De hecho, nosotros esperamos vender el 70% del material", comenta Pablo Slachevsky, de la editorial.Para Emilio Lamarca, director de la Dirac, "los bajos precios son una sugerencia, porque la idea es que la mayor cantidad de cubanos lean literatura chilena. Un negocio a corto plazo no es, pero sí hay que mirarlo con una perspectiva más amplia".Las sugerencias de ProChileEn su página web, ProChile explica que la participación incluye:100 kilos de flete por cada editorial que asiste, lo que equivale a un promedio de 500 ejemplaresAtención del stand por personal especializado.Comercialización de los libros.Entre 3 y 6 dólares debe oscilar el valor de los libros.Un porcentaje de la muestra pueden ser libros de oferta más baratos de 3 dólares "para que resulte un gran atractivo".No obstante, se pueden llevar ejemplares de mayor precio.
Fuego cruzado entre los escritores
JORGE EDWARDS"¡Cómo voy a ir a una feria del libro de un país que legitima la censura! Hace como seis meses, las autoridades chilenas me invitaron a participar, pero como no contesté, de seguro desistieron. En mi país fui presidente del Comité de la Libertad de Expresión; así que tengo que ser consecuente. No puedo legitimar un sistema que ha censurado mis libros, aunque Cuba lo desmienta. La Dirac está en una dirección totalmente equivocada, porque no puede sugerir a las editoriales que vendan los libros al costo, sólo porque los cubanos no pueden pagar. Esta feria es un despropósito. ¿Por qué los escritores chilenos tienen que regalar sus libros? Si regalo algo, es de manera deliberada. Feliz asistiría si me aseguraran firmar ejemplares de 'Persona non grata'; pero eso es una utopía".DIAMELA ELTIT"Voy a La Habana en el marco de la presentación de mi libro 'Lumpérica', que por primera vez se publica en ese país. En Cuba, la política editorial es bastante espectacular y masiva. Como también ocurre en México, los libros son muy baratos. No tienen IVA, como sí sucede en Chile. Si vamos a llegar a un país con problemas adquisitivos, tienes que hacer un esfuerzo. A mí no me importa que mis libros se vendan a menos de tres dólares, e incluso a uno".ROBERTO AMPUERO"Tengo una relación de mucho respeto con la Presidenta Bachelet, pero me parece complicado para ella llegar a inaugurar una Feria en un país en el que hay al menos tres libros de chilenos que han sido prohibidos: 'Confieso que he vivido', de Pablo Neruda, 'Persona non grata', de Jorge Edwards, y 'Nuestros años verde olivo', de quien habla. Yo entiendo que ella no tiene por qué reunirse con opositores al régimen de ese país, pero si inaugura una feria donde hay autores prohibidos, legitima esa prohibición. No existe un bando en tal sentido, pero estos libros sólo circulan clandestinamente. ¿Habría ido yo de haber sido invitado? Es algo demasiado hipotético. Pero no, no habría ido. Se supone que las ferias son una gran fiesta del libro, donde están todos. Y hay libros de escritores cubanos y latinoamericanos que no pueden circular. Me parece que moralmente es difícil de explicar, y políticamente, un error".JOSé MIGUEL VARAS"Esta es la primera vez que voy a la Feria del Libro de La Habana, estaré ahí desde el día 13 de febrero. Tengo antecedentes de que es una de las más grandes de América Latina. Y me ilusiona encontrarme con el mundo cubano. No sé la lista completa de autores que participarán. ¿Por qué tanta incógnita? La información de la Dirac ha sido bien escasa. Y con respecto a la ausencia de Edwards y Ampuero, no me corresponde pronunciarme. Además, creo que ellos no están interesados en ir".
Un encuentro literario con historia
La Feria Internacional del Libro de La Habana tiene su más lejano antecedente en la primera celebrada en Cuba con respaldo estatal, en mayo de 1937. El evento se realizó en los terrenos que había ocupado la Cárcel de La Habana. Tras una serie de vicisitudes y crisis económicas, el principal evento literario cubano resurgió con fuerza en 1982, dedicado a José Martí, Jorge Dimitrov y Nicolás Guillén, y tuvo como sede el Palacio de Bellas Artes de La Habana.En 2000, por primera vez se realizó en la Fortaleza San Carlos de La Cabaña (la sede que mantiene hasta hoy) y poco a poco fue incorporando a más ciudades de la isla. En 2006, Venezuela fue el país invitado de honor, en 2007 fue el turno de Argentina y en 2008 le correspondió a Galicia.La edición 2009 tendrá como hitos fundamentales los reconocimientos a la poeta cubana Fina García Marruz, Premio Iberoamericano Pablo Neruda, y a Jorge Ibarra, Premio Nacional de Ciencias Sociales. Junto con ello, se celebrarán los aniversarios 50 de la fundación de Casa de las Américas y de la Revolución Cubana, y se destacará a Chile como invitado estrella.El centro cultural y editorial Casa de las Américas publicará, para esta ocasión, la antología "Grandes cuentos chilenos del siglo XX", realizada por el crítico Camilo Marks, así como obras de Pablo de Rokha, Violeta Parra, Gabriela Mistral, óscar Hahn, Enrique Lihn y Diamela Eltit, entre otros autores nacionales.
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