Concepción, 19 de Julio de 2007

SEÑORA

PAULINA URRUTIA FERNÁNDEZ

MINISTRA PRESIDENTA

CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES

PRESENTE

“Llenar de pan las tinieblas,

fundar otra vez la esperanza”.

Pablo Neruda

De mi consideración:

Con fecha 12 de julio, día del natalicio de nuestro poeta Pablo Neruda, recibí su carta de fecha 9 de julio en mi dirección de correo electrónico, remitida por la señora secretaria de su gabinete.

Ha pasado una semana, y recién luego de recibir antecedentes de la próxima Convención Nacional de Cultura, estoy asumiendo la designación como miembro del Comité Consultivo Nacional de la Cultura y las Artes, en la vacante de literatura, efectuada por el Directorio del Consejo Nacional que usted preside. Por esta razón, es hoy, el día que escribo esta carta con un solo objetivo: agradecerle.

La sorpresa, la perplejidad y la tardía reacción, a todo nivel, se justifican debido a dos razones principales: primero, en lo personal, es una designación que reconoce mi currículo y trayectoria, y fue precisamente la desvalorización de ambos, respecto al año anterior, el motivo por el cual no quedé seleccionada para tener la posibilidad de acceder a la Beca de Fomento a la Creación con el trabajo poético presentado este año 2007.

En segundo lugar, al parecer, nadie en mi ciudad, ni en el puerto de Talcahuano, menos en la región, es decir literalmente nadie, esperaba que se designara una persona de provincia, una escritora, gestora cultural, que trabaja en el área de literatura, desde hace años con los escritores, todos creadores marginales, que no pertenecen a la academia, que no tienen estudios formales de literatura, que muchos no tienen trabajo, etc. es decir, con aquellos que no tienen los recursos, la difusión y carecen de apoyo en cuanto a asesoría editorial y perfeccionamiento literario para desarrollarse en el camino penoso de las letras, pero que hemos elegido por amor. Es contradictorio, sé que como artista usted lo comprende perfectamente.

Pese a ninguna expectativa y gracias al respaldo del Centro Cultural Talcahueño, a quien asesoro en el área de Arte y Cultura, y que tuvo la iniciativa de gestionar mi postulación, el Directorio que usted preside, me otorga el privilegio de trabajar a nivel nacional, es decir, asesorar en un área que es mi pasión: la literatura. Finalmente en la provincia, el área que me convoca, medio de los escritores que se mueven en la carencia y crean y desarrollan pese a ella o tal vez por causa, no lo sabremos ni se comprenderá jamás, finalmente, está representada en una penquista como yo, una mujer que gestiona lejos de la academia, que ha sobrevivido gracias a la pasión por las letras y la cultura. Y en esto me refiero a la necesidad de sobrevivir que tiene el ser íntimo, el espíritu. Sabemos que del arte no se puede, materialmente, vivir.

Deseo reiterar a usted, mis agradecimientos y al Directorio del Consejo Nacional, porque esta designación abre grandes destellos de esperanza a la literatura, a los creadores que a fin de cuentas, hacemos Patria sembrando ideales, creando mundos, entregando nuestras lecturas, incentivando la creatividad o entregando nuestra propia visión, impacto y emoción de los cotidianos sucesos que a veces resquebrajan el espíritu y otras sanan profundas heridas.

Señora Ministra, esta designación que es para mi persona, en el ámbito de la literatura, viene a constituirse en un bálsamo sanador para el ser escritor(a) marginado(a).

Mi experiencia y conocimientos están a su entera disposición, y es un gran honor estar a disposición del Directorio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. A usted y a ellos, muchas gracias.

Definitivamente, no es posible olvidar el 12 de julio.

Finalizo esta carta con las palabras de Jean Paul Sartre:

“La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace”.

Reciba usted mis respetos,

Ingrid Odgers Toloza