Comentarios literarios

Literatura en TV

Friday, October 10, 2008


ESCRIBIR ES TAMBIEN ESCUCHAR EL RUIDO DEL MUNDO


PARÍS, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -

El flamante premio Nobel de Literatura, Jean-Marie Gustave Le Clezio, tiene claro el mensaje que como escritor quiere transmitir en un tiempo convulso: "Hay que seguir leyendo novelas porque es un buen medio de interrogar al mundo actual sin tener respuestas que sean demasiado esquemáticas". Además, cree que en su trayectoria literaria ha aprendido a "hacer cosas" porque "escribir no es sólo estar en la mesa y dedicarse a uno mismo es también escuchar el ruido del mundo".

Le Clézio recibió en París la noticia de que la Academia sueca había decidido otorgarle el galardón y poco antes de las cuatro de la tarde comparecía ante la prensa en la sede de Gallimard, el editor del cosmopolita escritor nacido en Niza de madre francesa y padre británico, íntimamente ligado a la isla de Mauricio y que actualmente tiene fijada su residencia en Albuquerque, en el estado norteamericano de Nuevo México.

Su reacción al conocer la decisión la Academia sueca fue de "cierta incredulidad, cierta esperanza y cierta felicidad", según respondió en inglés a una pregunta formulada por un periodista británico. También habló en español, con un leve acento extranjero, de la lengua y la cultura españolas en Nuevo México y de su amor por lo hispanoamericano y especialmente por las culturas indígenas.

"Un un novelista --dice-- no es un filósofo, no es un técnico del lenguaje hablado, es alguien que escribe antes que nada y que a través de las novelas plantea preguntas. Creo que si hay un mensaje es ese, el de plantear preguntas".

Vinculado, entre otras, a la causa ecológica, el galardonado definió su compromiso como una "indignación hacia las injusticias o la violencia", pero en un momento marcado por la crisis financiera, no llegó hasta el punto de lanzar una crítica a los bancos. "Tengo poco que hacer en los bancos, simplemente estoy endeudado", dijo entre risas al ser preguntado si entre los motivos de su indignación se encontraban las entidades financieras.

Sin llegar a trazar un palalelismo entre lo que narra en su último libro aun sin publicar, 'Ritournelle de la faim' ('Cantinela del hambre'), y lo que ocurre hoy en el mundo, admitió que habla de los efectos de la crisis económica, de cierto racismo y de una "tendencia excesiva a insistir sobre los peligros que pueden presentar los extranjeros".

Dijo no incluirse a sí mismo en corriente literaria alguna aunque la Academia sueca lo ha definido como "el escritor de la ruptura, de la aventura poética y de la sensibilidad extasiada, investigador de una humanidad fuera y debajo de la civilización reinante". Y tampoco le invade el miedo que atacó a su predecesora en el Nobel, la británica Doris Lessing, que le impedía iniciar su siguiente novela. Le Clézio ya está trabajando en su última obra no piensa pararse por haber recibido el premio.

Reivindicó también algo que está muy presente en sus novelas, como la belleza, la ingenuidad o la inocencia, valores de los que hay que hablar "ahora más que nunca". "Cierto frescor es indispensable", dijo el escritor, que asegura mezclar en sus obras los recuerdos de infancia, su vida de adulto y "lo que vive en cada instante".

LA PARADOJA DEL ESCRITOR

Le Clézio confesó ser víctima de una cierta "dictadura de la tristeza" y habló de "la paradoja del escritor" que quisiera "escribir para la gente que se muere de hambre pero en realidad escribe para los que comen bien".

Viajero impenitente (acaba de llegar de Corea y pasará una semana en París antes de viajar a Canadá), inmigrante de segunda generación, Le Clézio tiene doble nacionalidad y quiso rendir tributo a Mauricio por los esfuerzos que hace para mantener la cultura francesa a pesar de no recibir subvención alguna. También elogió el "total mestizaje" de la cultura francesa y ser un auténtico "lugar de encuentro".

Su consagración definitiva como novelista llegó con 'Désert' (1980), que le valió un premio de la Academia francesa, obra que contiene imágenes grandiosas de una cultura perdida en el desierto de África del norte, que constrastan con una descripción de Europa vista a través de la mirada de los inmigrantes no deseados.

La atracción mostrada en los últimos años por el escritor hacia los paraísos terrenales se refleja en 'Ourania' (2005), desarrollada en México, y en 'Raga: approche du continent invisible' (2006), dedicada a documentar la vida tradicional de las islas del Índico amenazada por la globalización.

LA INFANCIA Y LA FAMILIA

El tema central de la obra de Le Clézio se ha ido orientando cada vez más hacia la exploración del mundo de la infancia y hacia la historia de su propia familia. Bajo esta visión escribió 'Onitsha' (1991), 'La quarataine' (1995), 'Révolutions' (2003), en la que trata algunos de sus temas favoritos, como el exilio, la memoria, la ruptura de la juventud y el conflicto cultural; y 'L'Africain' (2004), en la que narra la historia de su padre y los recuerdos de un adolescente a la sombra de un extranjero al que debe amar.

Entre sus últimas obras destaca 'Ballaciner' (2007), un ensayo profundamente personal sobre la historia del arte cinematográfico y sobre la importancia del cine en su propia vida. En estos momentos está pendiente de publicación 'Ritournelle de la faim'.

Ahora habrá que ver si, como dijo antes de recibir el Nobel escribe su discurso ante la Academia sobre la dificultad para publicar y la relatividad del sistema editorial. Para empezar cree que habría que eliminar los impuestos sobre los libros. "El libro debería estar libre de impuestos. Eso sería ya algo", dijo durante una entrevista previa en la emisora France Inter.

No comments:

Entrevista a Herta Muller

Gelman en recital

Poema de Juan Gelman

Benedetti