Jueves 29 de noviembre de 2007
El hondo compromiso con la realidad de Juan Gelman le otorga el Premio Cervantes
La hondura de su compromiso poético otorgó a Juan Gelman el premio Cervantes 2007. El reconocimiento mayor de las letras españolas cumplía pronóstico, viajaba así al otro lado del Atlántico y hacía buena la ley no escrita que alterna cada año este 'Nobel hispano' entre la dos orillas.
El poeta y víctima de la dictadura argentina lo obtuvo por mayoría y tras cinco "reñidas y muy razonadas" votaciones, según explicó el ministro de Cultura, César Antonio Molina, que comunicó el fallo. A estas votaciones habían llegado otros cuatro candidatos hispanos, la peruana Blanca Varela, el mexicano José Emilio Pacheco, el uruguayo Mario Benedetti y el chileno Nicanor Parra.
Como en otras ocasiones, se había propuesto la candidatura de Gabriel García Márquez que el jurado excluyó, dado el deseo expreso del Nobel colombiano de no recibir más galardones. Hasta el tramo final de las votaciones los españoles mejor colocados fueron Juan Marsé, Juan Goytisolo y Antonio Muñoz Molina.
Juan Gelman, que el próximo 23 de abril recibirá de manos del rey Juan Carlos en Alcalá los 90.000 euros, el diploma y la medalla que le acreditan como miembro del exclusivo 'club Cervantes', tomaba el testigo de otro gran poeta, Antonio Gamoneda. El ganador de la pasada edición elogió con largueza la poesía de Gelman. "Su obra -dijo- es cuantiosa en extensión y muy grande en términos poéticos".
Recordó la dureza de su historia personal, pero advirtió que "no se le premia por esa dura, dolorosa y rga historia personal y familiar que sí aparece integrada en su obra, y sí por la profundidad de sus poemas". Unos poemas que Gamoneda definió como "polifónicos" y que a su criterio convertían a Gelman en el "más merecedor" del premio entre los finalistas.
"Juan Gelman es un muy digno ganador del Cervantes y con su obra engrandece las letras hispanas" apuntaba Víctor García de la Concha, director del la Real Academia Española y presidente del jurado que premió al poeta argentino. Se refirió también De la Concha a la capacidad lúdica de la poesía de Gelman y a su musicalidad. "Ha milongueado mucho con las palabras, con su ritmo y con la inversión del léxico, siempre en un brillante juego literario".
"La dimensión del compromiso social y político -coincidía de la Concha con Gamoneda- no le condujo nunca a abdicar del su primigenio e inquebrantable compromiso con la poesía".
"Gelman lleva la poesía tatuada en los huesos" apuntó César Antonio Molina, ministro que dedicó más tiempo a explicar la revisión de las bases del Cervantes que prepara que a glosar al ganador. "Es un gran poeta, muy en la tradición española y un gran premio Cervantes, con enormes merecimientos, que ha sabido hacer la mejor poesía de su sufrimiento", dijo.
Dura existencia
A sus 77 años Juan Gelman es el poeta argentino más premiado de su generación y con el Cervantes pone un brillante broche a su inigualable palmarés, en el que ya figuraba el premio Reina Sofía de poesía.
También traductor y periodista, implacable batallador por los derechos humanos, Gelman ha puesto el mayor empeño literario en la poesía, hasta ser reconocido como un maestro. Una poesía que ha sido una suerte de salvavidas para una existencia plagada de experiencias durísimas.
Gelman ha sido víctima del abuso de poder de la dictadura que hizo "despareecer" a su esposa y a sus hijos. Una amarga experiencia que ha sabido traducir en una poesía brillante cuyos temas recurrentes son el amor, la memoria, el dolor y la muerte.
Amenazado de muerte por los militares y por la 'Triple A', con su esposa hijo y nuera secuestrados y desaparecidos -Marcelo con 19 años y su esposa, la española Claudia García con 19 y embarazada de siete meses-, con su nieta robada luego por la policía, Gelman tuvo que huir de Argentina en 1975. Después de un tiempo en Roma y París, pasó a Nueva York y luego a México, donde reside en la actualidad.
Nacido en Buenos Aires en 1930, inició una carrera universitaria que abandonó para dedicarse al periodismo, la política y la poesía. Comenzó a publicar en la década de los 50 poemarios como Violín y otras cuestiones (1956) y El juego en el que andamos (1959). En la década siguiente, con títulos como Velorio del solo (1961) y Gotán (1962) comenzó a ser conocido en todo el continente iberoamericano.
Se actividad poética se entrelazó con su posición ideológica de izquierda. El deterioro de la situación política argentina hizo cada vez más difícil para el poeta trabajar y publicar en su país. Se produjo un silencio entre 1971 -año en que aparece Cólera buey, recopilación de toda su poesía hasta 1968- y 1980, en que vuelve a publicar en el exilio.
Alumbró en esta etapa poemarios como Hechos y relaciones o Si dulcemente que reflejan el doloroso clima de derrota y pérdida que sufrió. La recopilación Obra Poética ofrece una visión de conjunto de su obra escrita en Argentina, que puede complementarse con De Palabra y Poesía (1971-1978).
Desde México o Buenos Aires, ha publicado nuevos volúmenes poemarios, como la serie Interrupciones.
Juan Gelman es un irredento jugador con las palabras y en este afán por divertirse y divertir publicó su propia poesía como traducción, atribuyéndola a poetas apócrifos en títulos como Traducciones III: los poemas de Sydney West (1969). Entre sus últimos títulos, Carta abierta (1980), Hacia el sur (1982), Com/posicones (1982/84) y Eso (1983-84).
Víctor García de la Concha presidió el jurado en el que también estaban Antonio Gamoneda (galardonado en la edición anterior) y Francisco Albizúrez, entre otros.
El hondo compromiso con la realidad de Juan Gelman le otorga el Premio Cervantes
La hondura de su compromiso poético otorgó a Juan Gelman el premio Cervantes 2007. El reconocimiento mayor de las letras españolas cumplía pronóstico, viajaba así al otro lado del Atlántico y hacía buena la ley no escrita que alterna cada año este 'Nobel hispano' entre la dos orillas.
El poeta y víctima de la dictadura argentina lo obtuvo por mayoría y tras cinco "reñidas y muy razonadas" votaciones, según explicó el ministro de Cultura, César Antonio Molina, que comunicó el fallo. A estas votaciones habían llegado otros cuatro candidatos hispanos, la peruana Blanca Varela, el mexicano José Emilio Pacheco, el uruguayo Mario Benedetti y el chileno Nicanor Parra.
Como en otras ocasiones, se había propuesto la candidatura de Gabriel García Márquez que el jurado excluyó, dado el deseo expreso del Nobel colombiano de no recibir más galardones. Hasta el tramo final de las votaciones los españoles mejor colocados fueron Juan Marsé, Juan Goytisolo y Antonio Muñoz Molina.
Juan Gelman, que el próximo 23 de abril recibirá de manos del rey Juan Carlos en Alcalá los 90.000 euros, el diploma y la medalla que le acreditan como miembro del exclusivo 'club Cervantes', tomaba el testigo de otro gran poeta, Antonio Gamoneda. El ganador de la pasada edición elogió con largueza la poesía de Gelman. "Su obra -dijo- es cuantiosa en extensión y muy grande en términos poéticos".
Recordó la dureza de su historia personal, pero advirtió que "no se le premia por esa dura, dolorosa y rga historia personal y familiar que sí aparece integrada en su obra, y sí por la profundidad de sus poemas". Unos poemas que Gamoneda definió como "polifónicos" y que a su criterio convertían a Gelman en el "más merecedor" del premio entre los finalistas.
"Juan Gelman es un muy digno ganador del Cervantes y con su obra engrandece las letras hispanas" apuntaba Víctor García de la Concha, director del la Real Academia Española y presidente del jurado que premió al poeta argentino. Se refirió también De la Concha a la capacidad lúdica de la poesía de Gelman y a su musicalidad. "Ha milongueado mucho con las palabras, con su ritmo y con la inversión del léxico, siempre en un brillante juego literario".
"La dimensión del compromiso social y político -coincidía de la Concha con Gamoneda- no le condujo nunca a abdicar del su primigenio e inquebrantable compromiso con la poesía".
"Gelman lleva la poesía tatuada en los huesos" apuntó César Antonio Molina, ministro que dedicó más tiempo a explicar la revisión de las bases del Cervantes que prepara que a glosar al ganador. "Es un gran poeta, muy en la tradición española y un gran premio Cervantes, con enormes merecimientos, que ha sabido hacer la mejor poesía de su sufrimiento", dijo.
Dura existencia
A sus 77 años Juan Gelman es el poeta argentino más premiado de su generación y con el Cervantes pone un brillante broche a su inigualable palmarés, en el que ya figuraba el premio Reina Sofía de poesía.
También traductor y periodista, implacable batallador por los derechos humanos, Gelman ha puesto el mayor empeño literario en la poesía, hasta ser reconocido como un maestro. Una poesía que ha sido una suerte de salvavidas para una existencia plagada de experiencias durísimas.
Gelman ha sido víctima del abuso de poder de la dictadura que hizo "despareecer" a su esposa y a sus hijos. Una amarga experiencia que ha sabido traducir en una poesía brillante cuyos temas recurrentes son el amor, la memoria, el dolor y la muerte.
Amenazado de muerte por los militares y por la 'Triple A', con su esposa hijo y nuera secuestrados y desaparecidos -Marcelo con 19 años y su esposa, la española Claudia García con 19 y embarazada de siete meses-, con su nieta robada luego por la policía, Gelman tuvo que huir de Argentina en 1975. Después de un tiempo en Roma y París, pasó a Nueva York y luego a México, donde reside en la actualidad.
Nacido en Buenos Aires en 1930, inició una carrera universitaria que abandonó para dedicarse al periodismo, la política y la poesía. Comenzó a publicar en la década de los 50 poemarios como Violín y otras cuestiones (1956) y El juego en el que andamos (1959). En la década siguiente, con títulos como Velorio del solo (1961) y Gotán (1962) comenzó a ser conocido en todo el continente iberoamericano.
Se actividad poética se entrelazó con su posición ideológica de izquierda. El deterioro de la situación política argentina hizo cada vez más difícil para el poeta trabajar y publicar en su país. Se produjo un silencio entre 1971 -año en que aparece Cólera buey, recopilación de toda su poesía hasta 1968- y 1980, en que vuelve a publicar en el exilio.
Alumbró en esta etapa poemarios como Hechos y relaciones o Si dulcemente que reflejan el doloroso clima de derrota y pérdida que sufrió. La recopilación Obra Poética ofrece una visión de conjunto de su obra escrita en Argentina, que puede complementarse con De Palabra y Poesía (1971-1978).
Desde México o Buenos Aires, ha publicado nuevos volúmenes poemarios, como la serie Interrupciones.
Juan Gelman es un irredento jugador con las palabras y en este afán por divertirse y divertir publicó su propia poesía como traducción, atribuyéndola a poetas apócrifos en títulos como Traducciones III: los poemas de Sydney West (1969). Entre sus últimos títulos, Carta abierta (1980), Hacia el sur (1982), Com/posicones (1982/84) y Eso (1983-84).
Víctor García de la Concha presidió el jurado en el que también estaban Antonio Gamoneda (galardonado en la edición anterior) y Francisco Albizúrez, entre otros.
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